CIUDAD DE MÉXICO.- Siete años después de su último concierto y a casi dos de que anunciarían que volverían al país, Metallica se reencontró con su público en México e hizo eco del pico de popularidad que tiene la música regional mexicana en el mundo.
El viernes por la noche, en el primero de sus cuatro conciertos con entradas agotadas en el Estadio GNP de la Ciudad de México, el vocalista James Hetfield anunció que se tomaría un receso y dejaría en el escenario a dos de sus personas favoritas: el guitarrista Kirk Hammett y el bajista Robert Trujillo.
¡Hola México!, ¿cómo están carnales?”, dijo en español Trujillo, quien es nacido en California de origen mexicano. “Esto es una gran fiesta, es un honor estar aquí … Kirk y yo vamos a tocar para todos ustedes, estamos muy nerviosos, así que, si se saben esta canción, ¡por favor ayúdanos cantándola! Y baila”.
Acto seguido, Trujillo y Hammett comenzaron a entonar los inconfundibles primeros acordes de “La Chona” de Los Tucanes de Tijuana, una canción de 1995 esencial en bodas y fiestas mexicanas. Los 65 mil asistentes al concierto comenzaron a corearla acompañando a Trujillo, que cantó en español. Tras su interpretación, ambos recibieron una ovación.
Pero como dijo Hetfield, a los fans mexicanos de Metallica les gusta el rock y les gusta pesado. En el concierto no podían faltar clásicas como “Harvester of Sorrow”, “Fuel” y “Seek & Destroy”, aunque también se dieron espacio para incluir canciones de su nuevo álbum “72 Seasons” incluyendo “If Darkness Had a Son”, “Shadows Follow” y el tema que da título a su disco. Además, hubo otros lados B muy bienvenidos como “The Day That Never Comes”.
La gente en la pista no dejaba de hacer slam y de levantar los puños al ritmo de la música, especialmente porque Metallica estaba en el centro de la multitud. En el Estadio GNP se colocó una enorme grada temporal que cerraba su forma de herradura, creando una arena circular en la que el mismo escenario tenía forma de aro y estaba colocado en la pista, por lo que los músicos podían ver hacia todos los ángulos y moverse de un lado a otro, incluso la batería de Lars Ulrich cambió de lugar a lo largo de la noche.
Es tan bello verlos de nuevo, estamos tan agradecidos de que estén aquí, me da gusto que no se perdieron esto, es genial verlos a la cara”, dijo Hetfield antes de interpretar “King Nothing” de su álbum “Load”.
El concierto terminó con una poderosa rendición de “Master of Puppets”, fuegos artificiales y muchas plumillas repartidas por los miembros de la banda al público.
La gira mundial M72 de Metallica, con la que la banda celebra sus más de 40 años de trayectoria, los ha llevado a París, Ámsterdam, Los Ángeles, Seattle, Madrid, Montreal y Munich. Las fechas en México son las últimas y Hetfield destacó que es la única ciudad en la que tienen cuatro conciertos.
La premisa es: dos noches, dos sets y dos abridores diferentes. Greta Van Fleet y Mammoth WVH fueron sus abridores de la primera fecha y se alternarán con Five Finger Death Punch e Ice Nine Kills para abrir el resto de los conciertos en México.
El poder de Metallica no se limitará al estadio. Tomará la ciudad con proyecciones de películas relacionadas con la banda, presentaciones de libros y vinilos, así como un DJ set a cargo de los mexicanos de Resorte.