Aprueba Tamaulipas el matrimonio igualitario

CIUDAD DE MÉXICO.- Al grito de “¡sí se pudo!”, manifestantes celebraron el miércoles la aprobación del matrimonio igualitario por parte del Congreso del estado norteño de Tamaulipas, el último de los 32 estados de México en autorizar las uniones entre personas del mismo sexo.

Con 23 votos a favor, 12 en contra y dos abstenciones, los legisladores tamaulipecos aprobaron la reforma al Código Civil estatal para permitir los matrimonios igualitarios.

La sesión se desarrolló en medio de cantos y gritos de grupos a favor y en contra, que se encontraban en un balcón del salón. En ciertos momentos interrumpieron las discusiones y obligaron a los congresistas a trasladarse a otro salón para culminar el debate.

Uno de los que celebró la decisión del Congreso de Tamaulipas fue el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar, quien declaró en Twitter: “todo el país brilla con un enorme arcoíris. Vivan la dignidad y los derechos de todas las personas. Amor es amor”.

24 horas antes el Congreso del estado de Guerrero en el sur de México aprobó una reforma similar para autorizar las uniones del mismo sexo.

En 2015, la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucionales las leyes estatales que impedían el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero algunos estados se tardaron varios años en aprobar las reformas.

Más temprano, el estado suroriental de Quintana Roo se convirtió en la décima primera entidad en despenalizar el aborto antes de las doce semanas de gestación, tras la aprobación por parte del Congreso de una reforma del Código Penal para garantizar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, así como el derecho a decidir.

Con esa decisión el Congreso de Quintana Roo dio cumplimiento a los preceptos de la sentencia que emitió la Suprema Corte en septiembre del año pasado, en la que declaró inconstitucional la penalización del aborto y estableció que los estados no tenían competencia para definir el origen de la vida, decisiones que fueron rechazadas por la cúpula de la Iglesia católica y organizaciones que defienden el embarazo.

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