SAO PAULO.- Pelé, la primera joya de la corona del mundo futbolístico, ya es una leyenda eterna.
Edson Arantes Do Nascimento “Pelé” falleció este jueves a la edad de 82 años en un hospital de Sao Paulo, Brasil, en donde estaba internado por complicaciones del cáncer de colon que padecía desde hace tiempo.
Kely Nascimento, hija del astro brasileño, compartió una publicación con la leyenda “Descansa en paz”.
“O Rei” tenía poco más de cuatro semanas hospitalizado y en los últimos días su salud empeoró.
“Pelé” deja una legado que aún no ha sido superado a nivel mundial. Es el único futbolista en ganar tres veces la Copa del Mundo de la FIFA.
El astro brasileño la ganó en 1958, con apenas 17 años, convirtiéndose en la figura. Aquel chico que gambeteaba y metía goles fáciles deslumbró al mundo.
Le hizo recobrar la alegría al pueblo brasileño que 8 años antes había perdido la Final del Mundial de 1950 en el Estadio Maracaná ante Uruguay.
Cuatro años más tarde, en el Mundial de Chile 1962, el 10 brasileño comenzó bien, pero una lesión en la ingle hizo que “Pelé” sólo disputara dos juegos de la justa mundialista. Por fortuna para Brasil, Garrincha se echó a la “Canarinha” al hombro y los brasileños fueron bicampeones.
Después de un mal Mundial de Brasil en Inglaterra 1966, “O Rei” renunció a su Selección, sin embargo, volvió y lo hizo para ofrecer la mejor versión futbolística que se le haya visto a la “Canarinha” en una Copa del Mundo.
En México 70, el astro brasileño le regaló al mundo su mejor futbol. Brilló en el Estadio Azteca en la Final que le ganaron a Italia.
“Pelé” era en ese momento, el mejor futbolista a nivel mundial. Prensa de todo el mundo etiquetó al astro como el mejor 10 de la historia.
Y así era como la historia de un chico de un barrio humilde escaló hasta lo más alto del futbol. Siempre con la camiseta del Santos de Brasil, en donde también dejó grabado su nombre con letras doradas.
El “Peixe” fue la casa de “Pelé”, a quienes les entregó todo. Ganó seis veces la Liga de Brasil, conquistó dos veces la Copa Libertadores y dos veces la Intercontinental, poniendo al Santos en la élite del futbol.
En Brasil, las crónicas no sólo deportivas, sino sociales y culturales, nombraron a “Pelé” como el embajador ejemplar que el país necesitaba.
Anotó más de mil 200 goles, y sobretodo tuvo una carrera sin conflictos. No se le conocieron problemas extra cancha o antideportivos que afectaran su profesión. Terminó jugando en el Cosmos de Nueva York, en el cierre de su larga trayectoria. La de un joven con sueños que en la cancha sacó todo su talento para poner a Brasil en el mapa mundial y para enamorar a todo el mundo con su futbol.