Serán más comunes los huracanes consecutivos

MIAMI.- Lo que solía ser un fenómeno poco común de dos huracanes que impactaban más o menos la misma zona de Estados Unidos con algunas semanas de diferencia está sucediendo más a menudo, y un nuevo estudio indica que el cambio climático hará que los ciclones consecutivos sean más frecuentes e intensos en el futuro.

Por medio de simulaciones computarizadas, científicos de la Universidad Princeton calculan que la llegada de dos tormentas consecutivas, que solía ocurrir una vez en varias décadas, ahora podría registrarse cada dos o tres años, a medida que el planeta se calienta debido a la quema de carbón, petróleo y gas natural, según un estudio publicado el lunes en Nature Climate Change.

Los residentes de Luisiana y Florida ya han percibido este cambio.

En 2021, el huracán Ida azotó Luisiana con vientos de 240 km/h (150 mph). Quince días después, el huracán Nicholas —que ya se estaba debilitando— se acercó lo suficiente para que sus vientos, lluvias y marejadas ciclónicas se sumaran a los problemas causados por el ciclón anterior, señaló la coautora del estudio Ning Lin, una ingeniera de riesgos y climatóloga en Princeton. Su reporte no sólo analizó las tormentas, sino los problemas que los huracanes consecutivos causaron a la población.

El 1-2 de Ida y Nicholas se produjo después de que Luisiana recibiera cinco huracanes o tormentas tropicales en 2020: Cristóbal, Marco, Laura, Delta y Zeta. Laura fue el de mayor intensidad, con vientos de 240 kilómetros por hora (150 mph).

Tras el paso de Laura, se había instalado un enorme centro de asistencia en el estacionamiento de una iglesia cuando Delta se aproximó, así que todos los suministros tuvieron que ser almacenados para la siguiente tormenta, dijo la presidenta de United Way of Southwest Louisiana, Denise Durel.

No te lo puedes imaginar. Te quedas atónita. Piensas: ‘No nos puede estar pasando otra vez’”, recordó Durel dos años y medio después desde la región que aún está en proceso de recuperación. “Por el otro lado, tampoco se lo deseas a alguien más”.

En 2004, Florida recibió cuatro huracanes en seis semanas, lo que obligó a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) a tomar en cuenta un nuevo sobrenombre para el “Estado del Sol”: “El Estado de la madera contrachapada”, debido a todas las viviendas tapiadas.

Encontramos una tendencia”, comentó Lin. “Este tipo de cosas están sucediendo. Están sucediendo con más frecuencia que antes”.

Existe una salvedad en esta tendencia. No ha habido suficientes huracanes y tormentas tropicales desde la década de 1950 — cuando comenzaron a llevarse registros fiables — para establecer una tendencia estadística significativa, dijo Lin. Así que ella y su equipo usaron simulaciones computarizadas para ver si podían establecer esta tendencia, y lo hicieron.

El equipo de Lin analizó nueve zonas de Estados Unidos propensas a tormentas y encontró un incremento en peligros por tormenta en siete de ellas desde 1949. Sólo Charleston, Carolina del Sur, y Pensacola, Florida, no registraron aumentos.

Posteriormente, el equipo analizó lo que sucedería en el futuro en el peor escenario posible de incremento de emisiones de dióxido de carbono y en un escenario más moderado y apegado a los esfuerzos actuales a nivel mundial para reducir los gases de efecto invernadero. En ambas situaciones, la frecuencia de los huracanes consecutivos aumentó drásticamente respecto a las expectativas actuales.

El motivo no está relacionado con las trayectorias de las tormentas ni nada parecido. Se basa en que las tormentas llevan más agua y se vuelven más fuertes debido al cambio climático, tal como lo predicen numerosos estudios, así como por el aumento en los niveles del mar. El estudio analizó a fondo el impacto de las tormentas más que las tormentas en sí.

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